Tanto a hombres como a mujeres les gustaba rodearse de lujo. Sin embargo, mientras que los hombres lo introducían en su vida general, como por ejemplo la decoración de sus casas, eran las mujeres las únicas que portaban adornos, con la excepción de un anillo en el caso masculino. En un principio solo portaban uno, generalmente un sello, pero con el tiempo comenzaron a llevar más.

Las mujeres usaban: diademas, pendientes, brazaletes, collares, etc.